Los procesadores de texto habituales (OpenOffice, Abiword,
WordPerfet, Word, etc.) siguen la filosofía lo que ves es lo que obtienes
(WYSIWYG en
inglés) y eso en principio facilita la creación de
documentos. Sin embargo cuando el procesador hace cosas
extrañas no podemos saber qué está fallando.
Tan solo en el procesador de textos WordPerfect se tiene la
opción de ver los códigos, por ejemplo, un texto en
negrita está entre dos códigos de negrita, de manera
similar al lenguaje html. De esta manera se puede tener el
documento limpio de códigos mal puestos (cuando modificas
mucho un documento puede que te queden códigos perdidos de
numeraciones, tablas, negritas, etc.) y se evitan los
comportamientos erráticos de los procesadores, que no te
dejan formatear el documento como tú quieres. Así,
comprobando que todo código abierto está cerrado y
que no hay códigos sin texto que formatear, te evitas muchos
quebraderos de cabeza. Pero el resto de procesadores no dan esta
opción, así que el usuario que quiera controlar la
situación se encuentra limitado.
Otra filosofía diametralmente opuesta de procesadores de
texto (y que resuelve el problema anterior) es aquélla en la
que el documento se realiza en dos pasos:
El procesador de texto TeX es un procesador de este
tipo pero tiene órdenes de bajo nivel que hace bastante
difícil su uso. Por eso la mayoría de las personas
usan el procesador de texto LaTeX, que son unas macros
de TeX que facilitan su uso (los ficheros fuente escrito en LaTeX
tiene extensión tex).
LaTeX es difícil de aprender pero genera documentos de
calidad profesional, de hecho en muchas editoriales usan LaTeX para
escribir sus libros. Además LaTeX es muy interesante porque
a la larga da menos trabajo, sobre todo si queremos manejar
documentos con mucho formato (ecuaciones matemáticas,
fórmulas químicas, partituras, etc.) o documentos muy
extensos (libros, proyectos, etc.). Si este tipo de documentos los
escribimos con un procesador habitual, lo más normal es que
dentro de unos años la versión más moderna no
interprete bien el documento y no digamos nada si lo queremos abrir
con otro procesador distinto, así que tendremos que volver a
escribir el documento si queremos conseguir la máxima
calidad. Sin embargo en LaTeX las diferentes versiones son
compatibles entre sí y existe versión de LaTeX para
todos los sistemas operativos. Además el aspecto del
documento es independiente de la impresora o el monitor utilizado.
No obstante para escribir una carta o un documento pequeño
lo más cómodo es usar un procesador WYSIWYG, como por
ejemplo el OpenOffice, que tiene versión para muchas
plataformas, incluidas GNU/Linux y Windows. Además
OpenOffice guarda los documentos en el formato OpenDocument que
recientemente (2005) ha sido elegido estandar abierto por el
organismo internacional ISO.